jueves, 17 de octubre de 2013

adiós amigos




él siempre fue arriesgado, aventurero y mucho más valiente que yo.  
era terco, contreras y tal era su encanto que podía seguirlo hasta el fin del mundo si era necesario.  él nunca decepcionaba.  era un imán, una inyección de entusiasmo que siempre me contagiaba.
nunca se quedaba quieto, jamás lo vi aburrido.  a su lado siempre había un plan que hacer, ir a la playa, navegar, cine, viajar, lo que sea.. todo era más divertido cuando él estaba alrededor.  

ella fue mi gran amor de niños.  mi primera enamorada.  la vi por primera vez bailando en una fiesta del club regatas cuando los dos teníamos trece años. jamás había visto a una niña tan linda, así que durante las siguientes semanas hice lo posible para ingresar a un club del que no era socio sólo para ver a aquella muchachita de ojos verdes, aunque sea de lejos.  sentía que estaba perdidamente enamorado de ella, no entendía porqué, sólo sabía que yo era feliz cada vez que ella me sonreía y se le hacía un hoyito en la mejílla.  y aunque sólo la admiraba de lejos, para cuando llegó la semana santa me armé de valor, me le acerqué y le pregunté si quería ser mi novia. -“hola -le dije- ¿quieres estar conmigo?”.  y ella dijo que sí.   di media vuelta, me fui sonriente y nunca más la vi.  sólo recuerdo que todas la noches me acostaba feliz pensando que tenía una novia que era 7 días mayor que yo.  tres meses después nos encontramos en una fiesta, se me acercó y me dijo “mejor ya no”.  
esa noche fue la primera vez que lloré por ella.


andrea y yo a los 13, el día que fuimos novios.

él estuvo conmigo viendo la televisión aquel frío domingo que vargas llosa perdió las elecciones del año '90.   desilusionados por los resultados, propuso que la mejor manera de distraernos era ir al cine y eso fue lo que hicimos; compramos dos litros de cerveza y nos metimos al cine real 2 a ver "lambada".

ella, fue modelo espontánea de mis fallidos cursos de fotografía cuando yo aún estudiaba diseño gráfico en tolouse lautrec.  por casi veinte años guardé aquella única foto que le tomé y decidí enviársela enmarcada como regalo de cumpleaños con una pequeña dedicatoria que decía: '..para que tus niñas sepan la hermosa mujer en la que se van a convertir.'

fue él quien me convenció que debíamos pasar aquella noche de año nuevo en punta sal.  yo le dije que no podría ir porque no tenía suficiente dinero para comprarme un boleto de avión hasta allá.  él me respondió  - “entonces vamos en mi auto y no te preocupes que el resto ya lo vemos”.  aquella noche nos amanecimos tomando y bailando 'el meneíto' en medio de la panamericana norte, con un grupo de amigos liderados por él.  pasé cinco días en el norte en los que él se ocupó de todos mis gastos.  en agradecimiento me ofrecí a manejar de regreso a lima el camino de 1,200 kilómetros.  éramos sólo dos chicos de veinte años, en una cherokee roja conversando durante dieciséis horas contínuas acerca de la vida y nuestros amores hasta que se quedó dormido.  algo que siempre le envidié, su capacidad de dormir donde sea y por el tiempo que quisiera.

ella recibió con cariño un horrible cuadro que pinté en el que aparecía tan sólo la imagen de un vaso de vodka con ginger ale y aunque la ilustración no era nada del otro mundo, ella le dio un lugar privilegiado en una de las paredes del bar de su casa de lapa-lapa, la misma casa de playa donde durante años me recibió su familia, la misma playa donde pasamos innumerables veranos, donde hicimos incontables fogatas, donde casi me ahogué una vez por querer sacarla del mar y donde con 15 años compuse mi primera canción para la noche de talentos en la que ella se vio hermosa cantando los coros a mi lado. 

yo, el chato jose, mark y juan. 11 de julio 1,987.
en algún momento de mi vida, los dos queridos amigos con los que había crecido se conocieron, enamoraron y se convirtieron en la pareja más hermosa que conocí.  estaba feliz por él y por ella.  porque juntos se veían perfectos. porque eran uno solo.  porque de todas las personas del mundo, no habían otros dos que hubiesen sido destinados para estar juntos.  fueron el vivo ejemplo de eso que todas las parejas deberían ser, 'espososnoviosmejoresamigos'  y juntos decidieron no sólo formar una familia, sino compartir con otros lo mejor que sabían hacer;  él se encargaba de que los adultos se sintieran siempre jóvenes y ella de que los jóvenes se conviertan algún día en adultos plenos y sanos.  

hace unos días la vida me los quitó.  murieron juntos en un terrible accidente en el que se llevaron consigo a la pequeña alba.  arrullada como cuando cada noche la cargaban a su cama, esta vez se la llevaron para que les ilumine el camino al cielo de la misma forma como una fotografía suya ilumina el despacho de su querido abuelo nico cada vez que lo visito.  pero nos dejaron a celeste, para recordarnos -una vez más- que su paso por la tierra no fue en vano; que tal como habían hecho siempre, sólo nos dejarían vida y cosas buenas.
a celeste la veremos crecer y jamás verá tristeza en nuestros rostros, sólo sonrisas tal como nos lo pidió su tía mariana y le contaremos las mil historias de Juan y Andrea:  de cómo fue que aparecieron en nuestras vidas, de cómo así se convirtieron en las personas favoritas de muchos de nosotros y nos enseñaron una definición aún más grande de lo que significan las palabras amor, amistad y compartir.

sé que son muchos quienes han sufrido con esta pérdida, pero hoy en un arranque de egoísmo escribo por mí;  ellos también eran míos porque formaron parte de la historia de mi vida.  porque algunas de mis historias quedaron inconclusas: se suponía que algún día yo le contaría a mis hijos cómo fue que Juan vencía su enfermedad, porque él así lo había decretado.  se suponía que Juan y Andrea verían a esos dos angelitos convertidos en hermosas princesas, como su mamá.   hoy lloro porque ya no están, porque  los extraño, porque me hacen falta, porque me quedé con las ganas de verlos más fines de semana y me quedé con ganas de decirle a Andrea una vez más que era mi mejor amiga.  que siempre lo fue.   

la última vez que los vi fue la noche del 6 de mayo, un día antes de volver a embarcarme en otro trabajo fuera del país.  ahí estaban los dos, despidiéndome, deseándome suerte, diciendo que cuando vaya a lima les avise para poder verme otra vez.  esa noche fue la última vez que oí su ronca voz decirme 'guapo', como ella solía llamarme.
curiosamente esa última reunión que tuvimos fue en casa de josé carlos del valle -invaluable e indispensable amigo que nos presentó cuando cumplí 16- y la hizo precisamente para que los tres nos volviéramos a ver.

el próximo año iremos como siempre a la 73 a recibir el año nuevo chino.  pero, desde ahora más que un cambio en el calendario será una celebración a la vida, una celebración al 'honolable'  Wan Len-Wa y el legado de fortaleza y amistad que nos dejó.   será un motivo más para recordar a esa pareja a la que sólo le motivaba el amor y será una excusa también para que otros puedan venir a contar sus propias historias de Juan y Andrea. 

mi vida sin ti ha sido triste desde el día que te fuiste. no porque te fuiste, sino porque ése día comenzó mi vida sin ti.

a sus familias, que también son mías, les envío toda mi fuerza y mi infinito cariño.

con josé carlos -al centro- la última noche que nos vimos.